Lo prometido es deuda así que con más de un mes de retraso os enseño unas fotos de Camboya. Es muy difícil hacer selección, os enseñaría todas, peeeero bloquearía mi cuenta de picasa, jeje.
Estuvimos en Siem Reap visitando los Templos de Angkor, una de las maravillas arquitectónicas más grandiosas de la Humanidad. Era la segunda vez para mí y la primera para Jose, y sigue siendo de lejos el lugar más impresionante en el que he estado. El recinto arqueológico se extiende por una superficie de unos 250km cuadrados y cuenta con más de mil estructuras diferentes, de las que más de un centenar son templos.
Como veis no sólo los enormes templos con sus impresionantes grabados merecen una visita. Su entorno natural es uno de los paisajes más bellos de Camboya, formado por planicies y colinas con abundante vegetación, senderos de cuento y enormes estanques.
Mirad un detalle de los delicados grabados que adornas todas sus paredes y las exóticas apsaras o ninfas celestiales, que son uno de los motivos más repetidos. Mirad como brillan ciertas partes de su cuerpo donde los turistas posan sus manos:
Desde el final del periodo angkoriano hasta mediados del siglo XIX Angkor permaneció prácticamente olvidado en mitad de una selva exuberante que había cubierto todos sus monumentos a excepción de Angor Wat. Esto se hace todavía más patente en algunos templos como Ta Prom, en el que las raíces enormes de los arboles han pasado a formar un solo cuerpo con el templo:
Todos los templos tienen algo especial, pero si tengo que elegir algunos uno de mis favoritos es el que os acabo de enseñar, Ta Prom con sus raíces enormes invadiendo todo (este en concreto esta mucho más deteriorado que la primera vez que lo visité hace seis años con mi primo Edu). Bayon, con sus 54 majestuosas torres en las que en cada lado tiene grabada la cara del Buda de la compasión, sería otro de los imprescindibles. Ta Nei nos impresionó porque al estar fuera del circuito habitual estaba mucho más virgen y además lo visitamos absolutamente solos. Y por supuesto la joya de la corona: Angkor Wat.
Camboya, además de contar con maravillas como esta, tiene otros muchos atractivos. El principal: su gente. Encantadora es poco! A mí me tienen enamorada. Y la comida, que deciros de la comida... a Jose y a mí nos encanta. No he comido fruta con más sabor en mi vida.
Cerquita de Siem Reap está en Tonle Sap (lago Tonle) donde puedes visitar uno de los pueblos flotantes:
Y para relajarnos al final del día ¿qué mejor que un peeling para quitar las pieles muertas en una piscina repleta de peces garra rufa? Jose se empeñó en probarlo, y allá que fuimos. Yo no podía con las cosquillas, pero he de decir que una vez que te haces a ello está muy bien y que dejan los pies estupendos:
Próximamente.... VIETNAM!!!!
y las últimas cositas que he ido haciendo...
